O pasado día 10 de marzo, El Nacional de Caracas, unha das principais plataformas informativas de Venezuela, ofrecía este artigo no que Harry Almela  evoca a figura de Celso Emilio Ferreiro. Velaquí:

De las muchas expresiones culturales que testimoniaron la profunda y dolorosa herida que dejó la Guerra Civil de España, quizás la poesía haya sido la más estudiada. Y con toda razón.

Más allá de la conocida querella política y estética entre la revista republicana Espadaña (1944-1951) y la nacionalista Garcilaso(1943-1946), la muy profusa bibliografía sobre el tema pone de relieve la preocupación de la academia y de la intelectualidad ibérica, no sólo acerca de las formas literarias que fueron, regresaron o se extinguieron luego de la última gran eclosión propiciada por la Generación del 27. También viene a colocar en el escenario lo evidente: que la poesía es más que un artefacto hermoso, cuando son favorables los astros. También es, y sobre todo, un documento histórico. Palabras más, palabras menos, así lo expresaba José Hierro (1922-2002), en la Antología consultada de la joven poesía española, de Francisco Ribes (1952): “Si algún poema mío es leído por casualidad dentro de cien años, no lo será por su valor poético, sino por su valor documental”.

Si bien es cierto que esta historia nos es cercana por la lengua común que nos separa de España, también cabe recordar que no es ni desea ser toda la historia de la poesía de postguerra, pues el castellano es sólo una más de las lenguas que allá se hablan. Quizás por eso, aún nos sean desconocidos, casi por completo, los arcos que van desde Joan Salvat-Papasseit hasta Salvador Espriu, y desde Manuel Curros Enríquez hasta Celso Emilio Ferreiro. Consideradas marginales por la dictadura del Generalísimo y Caudillo por la Gracia de Dios (quien, curiosamente, había nacido en Galicia), las lenguas no castellanas debieron vencer obstáculos de muy alto listón: testimoniar lo que iba sucediendo, navegar contra la corriente del olvido de sus propias tradiciones literarias y servir de resistencia estética e intelectual, por vía del uso ceremonioso de esos idiomas. No se trataba únicamente y en absoluto de hacer poesía en aciagos tiempos de indigencia. También se trataba de conservar, en el registro de la escritura, una tradición que era, ni más ni menos y al mismo tiempo, una manera de estar y de ser en el mundo, que para eso es la lengua materna.

Valga todo lo dicho hasta ahora para recordar que este año 2012 se celebra en Galicia el centenario del nacimiento de un poeta que también nos pertenece, si tomamos en cuenta que parte de su obra fue escrita mirando la Caracas y la Venezuela de los años sesenta.

Hablamos de Celso Emilio Ferreiro, nacido el 6 de enero de 1912 en Celanova, provincia de Ourense, el mismo pueblo de Manuel Curros Enríquez quien, junto a Rosalía de Castro y otros incondicionales, había echado las bases del Rexurdimento y cuya vida y entorno cultural nos cuenta en una célebre y venerada biografía. Su voz y su destino literario los tenía ya definidos en 1954: “Los poetas gallegos, si quieren ser fieles a sí mismos, tienen que huir de la arqueología estéril y del ruralismo pedáneo. Tienen que retorcerle el pescuezo al ruiseñor del lirismo lacrimógeno, saudoso, de viejo estilo.

A cambio, tienen que sumergirse con desesperado esfuerzo en el mundo social de nuestra tierra, en los problemas vivos de nuestro tiempo, en las angustias de nuestras gentes”.

Ferreiro vivió luego en Vigo y Pontevedra, donde contrae matrimonio con María Luisa Moraima Loredo en 1943.

Desde joven participa en la política por el ala nacionalista. de izquierdas. En 1964, refunda la Unión do Povo Galego. Ya antes había publicado uno de los libros testimoniales más importantes de la postguerra, Longa noite depedra (Vigo, 1962), cuyos cincuenta años también se celebran por estas fechas. En 1966 viaja a Venezuela, invitado por la Hermandad Gallega para asumir la dirección del Patronato de Cultura. Enfrentado a parte de su comunidad por el talante, sus opiniones políticas y su visión acerca del mundo cultural, es expulsado de la Hermandad al año siguiente. Tales hostilidades son el punto de partida de Viaxeao país dos ananos (Barcelona, 1968) y Cantigas de escarnio e maldicir (Caracas, 1968) donde con sarcasmo y amargura describe las vanidades de parte de sus coterráneos inmigrantes, entregados al dinero y a la distracción, mientras que en la patria húmeda y fértil de la infancia transcurren sin tregua los duros años del franquismo.

Ambos libros están engarzados por el deseo de acercarse más a la narratividad que al efecto poético, como corresponde a un escritor que aspira a ser la voz de la tribu, empeño suyo que los años han corroborado.

En su lengua materna, publica Terra de ningures (Monforte de Lemos, 1969) sobre estampas de su viaje por esta Tierra de Gracia, donde debió haber escuchado a Simón Díaz y a la caraqueñísima Conny Méndez, o haber leído mejor las cantas de Alberto Arvelo Torrealba.

Luego de su experiencia con la Hermandad Gallega, trabaja en la oficina de prensa de Miraflores, bajo el mandato de Rafael Caldera hasta 1973.

Ya desde mediados de los años sesenta y en Galicia, sus poemas habían sido musicalizados por integrantes del colectivo Voces Ceibes. Concibe y produce lo que se considera en algunos círculos como el primer LP de música gallega, Galicia canta (Caracas,1970), junto a un joven llamado Xulio Formoso. Allí participa como autor de varias de las letras y tocando el pandeiro en algún arreglo. Luego publica A fronteirainfinda (Vigo, 1972), un librito de diez relatos donde la injusticia y la inocencia de los personajes dibujan un gran fresco de la provincia venezolana según la particular visión de un emigrado, y cuyo tejido poético recuerda a ratos al mejor Gallegos, o al Juan Rulfo de Pedro Páramo, o El Señor Presidente, de Miguel Ángel Asturias.

Regresa a España en 1973, instalándose en Madrid, dónde trabajó como periodista en el diario ABC y como coordinador del Aula de Literatura Galega del Ateneo de esa ciudad. Publica Onde o mundo se chama Celanova en 1975. En 1977 fue candidato al Senado por el Partido Socialista Galego, sin éxito. Celso Emilio fallece en Vigo, el 31 de agosto de 1979 y es enterrado al día siguiente en la Celanova de su poesía y de su vida. Poco tiempo después, se publica su último poemario, O libro dos homenaxes.

Punto de equilibrio entre el desengaño y la esperanza, entre el mundo del hoy y el paraíso de la infancia, entre el exilio y lo raigal, entre las formas clásicas de la poesía galaico-portuguesa y la narratividad moderna, entre lo contingente y lo eterno, entre las aguas de dos idiomas de origen común, entre la oralidad y la escritura, la obra de Celso Emilio es aún exigida referencia para poetas y lectores de ambos lados de la Mar Océana. Ojalá (quiera Dios) que en esta celebración de su centenario y en los cincuenta años de la aparición de Longa noite de pedra, algún osado y travieso editor venezolano se motive para echar adelante este universo, este hermoso mundo que nunca dejó de llamarse Celanova.

Recollemos información vía Axenda Cultural da Asociación de Escritores en Lingua Galega:

Comités da Facultade de Filoloxía da USC, presentan a terceira edición do Certame de poesía e relato curto Voces da Terra. Este ano, co gallo do centenario do nacemento de Celso Emilio Ferreiro, o material editado para este certame literario presentará vinculación con dita temática. Coa convocatoria deste Certame pretendemos darlle voz a todas e todos aquelas novas/os escritores que utilizan o galego para expresar a través das letras e que, desgrazadamente, non teñen os medios necesarios para darse a coñecer en Galiza. Estas son as súas bases:

– Idioma: Galego.
– Temática: libre.
– Idade: A partir de 16 anos:
– Modalidades:
– Poesía: composicións de extensión máxima 50 versos.
– Relato curto: extensión entre 1500 e 2500 palabras.
– Presentación: Cada participante poderá presentar un máximo de un traballo en cada modalidade (orixinais, non presentados a ningún outro certame literario pendente de resolución e inéditos).
As composicións entregaranse vía email indicando o título e a seguinte información persoal: nome, apelidos, idade, enderezo e teléfono de contacto. En ningún caso lle será facilitado aos membros do xurado. O traballo,en formato pdf, xunto aos datos anteriores serán enviados ao seguinte correo-e: filoloxia.usc@comitesabertos.org
– Prazo: do 15 de marzo ao 20 de abril.
– Premios: editaranse os dous primeiros premios de cada modalidade. Ademais, as e os gañadores recibirán diverso material da nosa organización. O xurado gárdase o dereito de declarar deserto algún dos premios se considera que os traballos recibidos non son da calidade suficiente.
– Xurado: estará composto por profesores universitarios de recoñecido prestixio.
– Fallo: Darase a coñecer nun acto especial de entrega de premios ao redor do 15 de maio de 2012.
– Outros: A presentación ao premio supón a conformidade coas presentes bases por parte dos/as concursantes.”

 

 

O blogue do crítico e profesor Ramón Nicolás realiza un comentario arredor duns versos de “Deitado frente ao mar” de Celso Emilio Ferreiro que se sitúan na fachada desta libraría viguesa en homenaxe a Celso Emilio Ferreiro. Deixamos aquí a ligazón.

Ofrecemos abaixo o video da intervención do deputado de CHA (La izquierda de Aragón) na súa defensa da figura de Celso Emilio Ferreiro (do minuto 10.08 en diante) na Comisión de Cultura do Parlamento español do 8 de marzo de 2012.

 

 

O profesor e crítico literario Manuel Rodríguez Alonso publica no seu blogue, Bouvard e Pécuchet, unha análise de tres composicións poéticas de Longa noite de pedra. Reprodúcese a continuación:

 

O outro día comentabamos o poema número 5 de Longa noite, “O edificio”. Imos hoxe referirnos aos poemas 2, 3 e 4.

O poema 2 titúlase “Tempo de chorar”. Como ben sinala o editor Gonzalo Navaza na súa edición de Xerais, o poema adopta un ton bíblico. O poema presenta un tempo de chorar. Este tempo duro é aludido con visións de tipo negativo como pombas de luz aferrolladas, as espadas penduran silandeiras… Mais o poeta tamén amosa a esperanza porque han de vir tempos mellores, cheos de versos de escumas. Mentres, cunha adecuada perífrase de xerundio expresa o esforzo dos que queren chegar a ver ese momento onde o día nasce: Pois o que chora vive, iremos indo; /indo chorando, andando.

De novo neste poema, o autor manexa o paralelismo e mais a anáfora (polas pombas de luz aferrolladas, /polo esprito vencido baixo a noite, así como a anadiplose (…iremos indo; /indo, chorando, andando), todas elas figuras de repetición que crean un ritmo moi adecuado.

Mais non todos son acertos no poema. Na devandita correspondencia entre Basilio Losada e Ramón Piñeiro, publicada por Galaxia e tantas veces citada aquí, os dous correspondentes falan do panfletarismo e retórica revolucionaria baleira e ata desgastada en que ás veces incorren os poemas de Celso Emilio. Nese sentido son sintagmas desgastados na tradición retórica, especialmente no subxénero lírico do pranto consagrado a laiar a desgraza que sofre unha comunidade, sintagmas como duro pranto, libertá prostituída, pútrido vento, pon cadeas / no corazón dos homes xenerosos… Resulta tamén desgastada de máis a metáfora de hei navegar periplos, descubertas… Do mesmo xeito ultradesgastado é ese xermola un mundo novo, do verso 16 ou a voz que ha trocarse en ira do verso 19.

O seguinte poema, o número 3, titúlase “O Reino” e combina dous tópicos (entendido neste caso tópico como tema ou motivo que se repite ao longo do tempo na historia da literatura desde a Antigüidade grecolatina): o tópico da Idade de Ouro, mais combinado co do Paraíso Perdido. O editor do texto que manexamos (Gonzalo Navaza) sinala que este tópico é propio da Ilustración e do Romanticismo. Mais é un tópico propio da literatura clásica greco-latina. Hesíodo e Virxilio (por exemplo, na égloga IV) aluden a unha etapa primitiva da humanidade en que esta gozaba de perpetua xuventude, vivían todas as persoas en comunidade de bens e eran descoñecidos o roubo, a violencia, a inxustiza e a guerra. Era chamada esta etapa da civilización polos clásicos como época dourada ou Reino de Saturno. A máxima difusión deste tópico acádase posiblemente entre nós grazas ao célebre capítulo 11  da primeira parte de El Quijote.

Temos que lembrar que nos anos do bacharelato da xeración á que pertence Celso Emilio Ferreiro o Quijote era libro de lectura escolar obrigada, despois do decreto de 1912 do ministro liberal Santiago Alba, que establecía a obrigatoriedade de lectura da grande obra cervantina na escola e nos institutos. Esta orde foi reiterada polo conservador Natalio Rivas en 1920. Incluso hai frases do poema de Celso que parecen estar tomadas de El Quijote como Dicir teu e meu non se entendía (ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío, Quijote, I, 11).

Outro tema reiterado desde a Biblia é o do Paraíso Perdido, que tamén aparece neste poema, especialmente nos tres versos que pechan o texto: ¿Cando / cando se perdeu, /iste gran Reino?

O tema do paraíso perdido é un tema que aparece moito nos poetas que sufriron a Guerra Civil, por exemplo os españois da xeración do 27, como Guillén ou Aleixandre, que chega a titular unha das súas obras de posguerra Sombra del paraíso. Eu coido que hai que interpretar este poema de Celso Emilio na liña de que o Reino, en difinitiva o paraíso, eran os tempos da República. O Celso Emilio, militante daquela nas Mocidades Galeguistas, viviu, como moitos membros da súa xeración, a etapa da II República como a época das expectativas ilimitadas. O propio Celso dillo así a Freixanes na entrevista de Unha ducia de galegos: No ano 1931 eu tiña dezasete anos e o ambiente galego era entón de grandes esperanzas. Pensábase que co novo réxime político, coa República que nacía, todo ía ser máis doado para que Galicia erguera a súa testa decaída (páx. 141).

Se lemos o relato autobiográfico A taberna do galo (hoxe facilmente accesible na edición da Obra narrativa realizada por Ramón Nicolas en Xerais) veremos que a República é o tempo en que o Agipró reta ao abade para demostrar por medio das matemáticas que Deus non existe tras predicar a boa nova do marxismo por toda a bisbarra. Mais todo rematou mal cando estalou o glorioso movemento nacional… e chegaron os malos tempos (páx. 175). Os tempos da República aparecen tamén como o paraíso perdido nesta mesma obra nas liñas que dedica á lembranza de Pepe Velo (páxs. 181 e seguintes). Na mesma liña debemos entender o que di neste mesmo relato o personaxe O Pardal: Eu sei da democracia porque vivín nela cando ti nin sequera eras un cágado de persoa (páx. 185).

No poema, xa que logo, aparece doadamente mesturado o tópico literario coa propia vivencia dun eu lírico que a individualiza. O poeta mestura tamén sintagmas e oracións que lle resultan habituais a calquera lector cunha certa formación literaria ou mesmo con coñecementos da literatura popular: No tempo aquil /cando os animais falaban; decir libertá non era triste; ninguén sabía dos aldraxes. Ao seu lado aparecen imaxes visionarias e visións que non son de grande orixinalidade, posto que foron moi reiteradas na historia da poesía: dicir verdá era como un río; decir amor, / decir amigo / era igual que nomear a primavera; decir espada estaba prohibido.

            Mais ao lado destas imaxes e visión manidas, hai outras de grande acerto como as contidas nos versos 10 e 11: os homes cantaban nos solpores / pombas de luz e xílgaros de soños. A pomba reitérase na poesía de Celso Emilio, mais o xílgaro ou o paxariño levan ao lector cunha certa formación a lembrar a cantiga CVI de Afonso X o Sabio, a da passarinna e o monxe que ve o Paraíso. Por outra banda, hai toda unha tradición poética de reiseñores e xílgaros como símbolo da primavera, o amor etc.

Dentro dos acertos está esa imaxe ou mesmo sinécdoque para definir a palabra prisión: …era unha verba / sin senso, un aire que mancaba / o corazón da xente. É a vella idea clásica da palabra como flatus vocis (sopro da voz, vento, aire en definitiva). Na Idade de Ouro era unha palabra que carecía de referente. Existía o son da voz, mais non existía a prisión como referente, como realidade. Só existía como significante e significado na mente, mais non na realidade como referente, que mancaba / o corazón da xente.

Pola súa banda, o poema 4, “Soldado”, é un poema longo de noventa e seis versos, que podemos cualificar como un poema narrativo. O poema vai encabezado por unha cita de W.H.Auden. Para entendermos mellor este poema, cómpre facer unha aclaración sobre este poeta. O poeta W.H. Auden naceu en York en 1907. Tras estudar en Oxford, estableceuse en Estados Unidos a comezos de 1939. Foi unha das grandes voces líricas do século XX. Mais o que aquí nos interesa de Auden é que en xaneiro de 1937 veu a España como membro das Brigadas Internacionais. Estivo só sete semanas na guerra e non participou en combate, senón que foi condutor de ambulancia. Mais, como froito desta estancia na guerra, escribiu o seu poema máis importante de compromiso e acción política de esquerdas, The Spain 1937. É un poema longo composto por vinte e seis estrofas e cento catro versos. Cedeu os dereitos de autor deste poema á asociación Medical Aid for Spain.

Neste poema Auden amósase como un loitador antifascista e no célebre verso 94 deste poema, aínda que era un pacifista convencido, xustifica a guerra defensiva contra o fascismo. Célebres son tamén as súas declaracións sobre a guerra de España en Authors Take Sides: Unha vitoria fascista en España crearía unha atmosfera na que o artista e todo aquel que se preocupa pola xustiza, a liberdade e a cultura atoparía difícil traballar e incluso existir.

O poema de Celso Emilio está formado por 96 versos articulados en tres partes, onde presenta como desenlace a morte do soldado. En definitiva cumpre co que vaticinaba Auden no seu verso 93 de The Spain 1937: Hoxe o incremento deliberado nas probabilidades de morte.

Na primeira parte, o lector intuitiva e connotativamente identifica o soldado mozo como membro do exército franquista. Os que mobilizan o soldado, contra a súa vontade, os que o levan á guerra desde un mundo de colleitas (verso 2), segadores (verso 3) de cantos na serán, o comenzo/ do solpor, cando a noite empeza a ser mociña (versos 3-4) son os que manexan termos honorábeles (verso 5), palabras encheitas de solemne soberbia (verso 6), aquelados de estupida suficiencia (verso 6), porque os seus devanceiros chegaron a señores (verso 9) ou que falaban sen parar do estado soberano, / das sacras instituciós, do orde, da groria (versos 11-12) son os golpistas de Franco. O lector ten esa intuición porque no poema Celso Emilio introduce os termos antipoéticos da retórica franquista como estado soberno, sacras institucións etc. Parece que estamos a oír unha proclama radiofónica desde Salamanca, Burgos ou Sevilla ou das que facía Filgueira Valverde desde raido Pontevedra ou mesmo un artigo dos círculos de propaganda de Ridruejo, Torrente Ballester ou Cunqueiro. En antítese, fronte a esta retórica baleira do franquismo, aparece o mundo natural do soldado que vén do mundo das colleitas, dos segadores, do solpor cando a noite empeza a ser mociña (esta da noite é unha moi boa imaxe creacionista ou hilozoísta) ou que é quen  de dominar a sabencia dos bosques ou interpretar o profundo vento que xeme na noite. Fronte a esta sabedoría popular e labrega érguense as palabras baleiras, mais sonoras dos sublevados. A parodia da retórica franquista é un logro, así como a súa antítese co mundo natural de onde procede o soldado á forza.

A segunda parte do poema, presenta a propia guerra cunha fonoestilística adecuada a ela, pois é rumor de treboada, bruído de río enrabexado ou rouco balbordo. Mesmo non falta o tremendismo: Queimada carne, pernas, pés, ferraduras… / Un touro axexante, coma un Minotauro perdido / nun laberinto de brazos, rostros, pernas, seos tumefactos… Neste intre cómpre sinalar que a primeira edición deste poema é do ano 1960 e publicouse no número de abril da revista de Camilo José Cela Papeles de Son Armadáns, como homenaxe a Picasso. Evidentemente, detrás desta visión da guerra está o célebre cadro Gernika.

Na terceira e derradeira parte do poema cúmprese a morte do soldado. Na noite estrelecida (que nos lembra a Cabanillas, mais sen a gloria nin o mito de Cabanillas) aparece o soldado morto. O rexistro burocrático militar e ata a xerga deste medio irrompe co seu prosaísmo e produce un tremor afectivo no lector: Un bisoño decúbito / miraba para o ceo despiadado. Nos versos seguintes o ton coloquial e a ironía combínanse co mito do rapaz que levaba o mundo labrego do bosque, da natureza e do vento dentro del: O fillo da súa nai estaba morto,/ groriosamente morto sobre un charco. / Tiña nos ollos vento…

Se nos achegamos á Fotobiografía xa tantas veces citadas aquí de Celso Emilio, ás declaracións que lle fai a Freixanes en Unha ducia de galegos ou ás que escolma Ramón Nicolás en Conversas con Celso Emilio Ferreiro (Xerais) podemos ver cómo a guerra foi unha experiencia tremenda para Celso Emilio. O militante das Mocidades Galeguistas é mobilizado no exército dos sublevados e combate en Asturias no bando contrario á súa ideoloxía: Eso sella a un pra toda a vida. E máis unha guerra civil… Eso influíu totalmente na miña vida e na miña obra. E aínda engade: No bando franquista estivemos miles de mozos á forza e non se falou de nós que tivemos que estar loitando ó pé de quen non estábamos ideoloxicamente (Conversas con Celso Emilio Ferreiro, páx. 23).

Seguiremos de cando en vez comentando a obra de Celso Emilio, porque a mellor homenaxe que lle podemos facer a un autor é ler a súa obra e espallala entre o alumnado, así como na sociedade. Nisto consiste a verdadeira celebración do ano Celso Emilio e non neses congresos tipo Consello da Cultura e similares onde os todólogos/omniólogos de sempre completan ingresos co que pagan pola charliña. Eses cartos debían destinarse a mercar edicións de Celso Emilio así como outros materiais sobre a obra do autor e espallalos polas bibliotecas dos colexios e mais polas públicas municipais e doutras institucións. Non viría mal tamén que a Inspección Educativa e os Centros de Profesores promovesen actividades didácticas para espallar a obra de Celso Emilio nos centros de ensino.

 

 

Desde a sección de opinión “Agora xa foi”, que mantén en El Correo Gallego desde hai anos o poeta, narrador e profesor Vicente Araguas, publica este interesante artigo baixo título “Sempre Celso Emilio”

 

 

Non preciso de efemérede ningunha, aínda que sexa tan xubilosa como a do centenario do seu nacemento, para loar a un escritor. Sobre todo cando este foi amigo, e de algunha maneira mentor, e a maiores siga gañando batallas despois de morto. E iso por máis que algúns “rompipalle”, abeirados no anonimato blogueiro, lembren que cando a guerra Celso Emilio escrbira un poema de “exaltación patriótica”. Que xa son gañas, o de andar remexendo nesas historias, cando o autor de Longa noite de pedra, por exemplo, que é o que de verdade conta, xa non é que redimise con este libro calquera conto pasado, senón que ergueu con el bandeira de belixerancia para sempre xamais. E eu, como os estudantes no Santiago de 1967-68, chegara a CEF a través deste título, na edición bilingüe de El Bardo. Dándose logo o caso de que Voces Ceibes, o grupo de canción ao que penso pertencer ata o día que morra, porque foi cousa que imprimira carácter, botou man de Celso para moitas das súas cancións. Non eu, de certo, porque adoitaba cantar as miñas letras, por máis que musicase o Goethe ferreirán, con música que está no disco de Miro Casabella O meu país. E que asinan, con cara lavada inmensa, os “senhores” Branco e Faro. Celso Emilo, en fin, volvera de Caracas, traballar en Madrid en mesteres varios, como traducir textos lusos para “Noticias Médicas” onde o levara aquel mecenas chamado Álvaro Gil, da burguesía galeguista, houbéraa e fica por ocupar ese espazo, coido, o do Partido Galeguista anterior ao espanto. E foi daquela, xa en Madrid, pola parte de Delicias cando coñecín a Celso, outono de 1974, da man do gran Ramón Pernas, activo dinamizador en Ámbito Cultural. Celso Emilio Ferreiro, con casa aberta aos “vencellados”. Celso no Ateneo, en Sargadelos, no San Juan Evangelista, no Café Gijón, partllando poesía e gañas de vivir. Celso agora en Juan Bravo, onde lle levei a Miro Casabella e Monika Van Crayelinghe e Ana Eiroa e Brian Hughes, e Celso tirando unha botella de whisky que tiña agachada dos ollos de Moraima a brindar polos curmáns escoceses. E pois Brian era de Glasgow, e Glasgow estaba con Lugo nun poema de Celso xa todo canxaba. Como Celso con Moraima, musa dos seus poemas de amor, Outra historia para outro día. Si.

 

 

.  El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a apoyar la iniciativa de la Xunta de Galicia, del ayuntamiento de Celanova, del Parlamento de Galicia, de la Fundación Curros Enríquez y, particularmente, de la Fundación Celso Emilio Ferreiro, entre otras entidades públicas y privadas, para la realización de actividades, exposiciones, publicaciones y demás acciones que se consideren oportunas en el marco del año 2012 como año Celso Emilio Ferreiro. Asimismo insta a impulsar la participación de la Administración del Estado en el exterior en los actos de conmemoración del centenario del nacimiento del poeta celanovés Celso Emilio Ferreiro. 

 Efectuada la votación, dijo El señor PRESIDENTE:

Queda aprobada por unanimidad

 

 

 

MADRID. EP

A Comisión de Cultura do Congreso dos Deputados aprobou por unanimidade unha Proposición non de Lei do Grupo dos Socialistas para instar ao Goberno a colaborar coas diferentes institucións galegas e coa Fundación Celso Emilio Ferreiro na realización de actividades, exposicións, publicacións e demais accións que se consideren oportunas no marco da conmemoración este 2012 do ano dedicado ao poeta.

A deputada socialista Laura Seara, autora da iniciativa, recordou que este ano 2012, no que se cumpre o centenario do nacemento de Ferreiro, foi declarado unanimemente polo Parlamento de Galicia como “Ano Celso Emilio” e para a súa celebración está prevista a realización de numerosas actividades relacionadas coa figura do escritor.

Na comisión rexistrouse un rifirrafe entre as deputadas ourensanas Laura Seara (PSOE) e Ana Belén Vázquez (PP), xa que a popular descualificou o texto asegurando que parecía escrito por un “adolescente” tras buscar no ‘Canto do Vago e a exsecretaria de Estado replicou acusando o seu colega de “pasarse de lista” e avisándoo de que “a desmemoria é un monstro cargado de ingratitude”.

Así, Laura Seara criticou o intento de confusión realizado pola deputada galega do PP, que negou mesmo que Celso Emilio Ferreiro militase no PSOE. “O escritor ourensano Celso Emilio Ferreiro foi un grande defensor da liberdade e da democracia, cunha dilatada actividade política de compromiso con Galicia, así como un dos grandes poetas da postguerra española”, reivindicou a socialista.

O crítico literario galego Manuel Rodríguez Alonso dedicoulle, até o de agora, no seu blogue Bouvard e Pécuchet, algúns apuntamentos á figura e mais á obra de Celso Emilio Ferreiro. Nesta ocasión reprodúcese abaixo o texto crítico que ofreceu arredor do poema “O edificio”, que bautiza como “Un poema de quita e pon”, afondando en cuestións de carácter ecdótico e valorativo, alén de engadir outras reflexións de estimable interese.

Se examinamos as edicións de Longa noite de pedra veremos que o que aparece como poema 5 na edición de Galaxia de 1962 ou na edición crítica de Longa noite debida a Gonzalo Navaza (Xerais) e tamén na edición da poesía completa en galego de Ramón Nicolás non figura nas edicións de El Bardo, onde se substitúe polo poema “Spiritual”. Na edición da obra completa publicada por Akal, no tomo I, tampouco aparece o poema “O edificio”.

O certo é que na primeira edición, na de Galaxia de Salnés, de 1962, si aparece “O edificio” e non aparece “Spiritual”. A primeira edición que recupera “O edificio” é a de Edicións Castrelos de 1975, debida a Álvarez Cáccamo. Nas edicións que hoxe manexamos habitualmente (as de Navaza e Nicolás, en Xerais) aparece como poema 5 “O edificio” e como poema 6 “Spiritual”.

Grazas ás investigacións de Xosé Manuel Dasilva sobre a censura franquista e a súa incidencia na literatura galega temos o xuízo que á censura lle mereceu a edición de Galaxia de Longa noite de pedra: Colección de poesías gallegas de tono lírico en que el autor se proyecta sobre las cosas que le rodean con la fina ironía a que se presta la lengua vernácula (Grial, n.º 192).

Na correspondencia entre Ramón Piñeiro e Basilio Losada (editada por Galaxia) temos a explicación da desaparición de “O edificio” na segunda edición de Longa noite de pedra, é dicir, na edición bilingüe de El Bardo, de 1967. En carta do 14-V-1967, que Basilio Losada dirixe a Ramón Piñeiro, lemos o seguinte: O libro de Celso Emilio prohibiuno a censura. Batlló presentouno a consulta previa contra a miña opinión (eu decíalle que por tratarse dunha segunda edición non sería necesario), e recomendáronlle que non o poña á venda, e que quite uns párrafos meus do limiar, o poema “Fuco Buxán” que incluín tamén no limiar, e o poema “O edificio” do testo. Agora, cando xa estaba feita a tirada i encoadernados os exemplares, ha que refacelo todo (páx. 589).

Cómpre sinalar que a censura franquista ata 1966 estaba regulada por un decreto asinado por Serrano Súñer en Burgos en 1938 que entre outras cousas establecía que toda publicación debía ser aprobada pola censura. En 1966 apareceu a chamada Ley Fraga, de prensa. O editor podía publicar sen pasar o texto pola censura, mais se os censores de Información e Turismo consideraban que a obra atentaba contra os Principios del Movimiento, a relixión católica ou contra calquera das ideas ou autoridades do franquismo podía ser secuestrada a obra (co prexuízo que iso supuña para a economía da empresa editorial), recibir multas, suspensións e ata penas de cárcere. A editorial que non quería estar coa incerteza de se sería sancionada podía, voluntariamente, presentar a obra á censura previa. Iso foi o que fixo o editor Batlló, como ben relata Basilio Losada. Cómpre reparar en que a censura de 1967 foi con Longa noite de pedra máis dura ca a de 1962.

É necesario lembrar que o responsable da censura daquela era o presidente de honra do PP, Manuel Fraga Iribarne, que hoxe anda a recibir por aí homenaxes, mesmo dalgúns que se din galeguistas e ata creo que hai algún membro do Consello da Cultura que forma parte da Fundación Fraga. Non resulta menos sorprendente que os que prohibían antes Celso Emilio se dediquen agora a facerlle homenaxes, pois non hai que esquecer que o actual ano Celso Emilio é unha proposta do PP. Mais calquera sabe que o poder, baseándose na eliminación da memoria histórica, mesmo se apodera de figuras, mitos e mesmo ideas do progresismo, aínda que desactivándoas e descafeinándoas, converténdoas en puros ritos culturais baleiros, que mais pertencen ao eido do márketing cultural-político ca a verdadeira cultura, que sempre ha de ser crítica e basearse na memoria histórica.

Fronte a esta recuperación interesada quedan no esquecemento os verdadeiros axentes culturais progresistas. Tal é o caso de José Batlló, o editor, do que falabamos na primeira entrega sobre Celso Emilio. Hoxe engadiremos algo máis sobre el.

Xa vimos o papel que como editor tivo Batlló. Mais tamén foi o creador dunha revista cultural-literaria fundamental no tardofranquismo: Camp de l´arpa. Batlló comezou a editar en abril de 1972 Camp de l´arpa como revista de información e crítica literaria. Estaba dirixida por un histórico dos tempos da República, Juan Ramón Masoliver. Puxéronlle Camp de l´arpa porque este era o nome dun barrio periférico da Barcelona daquela, onde convivían inmigrantes de todas as zonas de España. A revista tentaba presentar o canon hispánico do presente, non só con presenza da literatura en lingua castelá, senón tamén en galego ou catalán. A revista, tras pasar a ser dirixida por Vázquez Montalbán, desapareceu en 1982. O número 75, de maio de 1980, dedicouse á Literatura gallega contemporánea 1939-1979.

Volvendo ao poema “O edificio”, paradoxalmente a censura foi máis dura en 1967 ca en 1962. Sen dúbida, a censura era máis ríxida porque o poemario xa non só ía destinado a Galicia, senón que o castelán lle daba unha difusión moito maior. Por outra banda, no 67, arreciaban as críticas contra o franquismo tras as folgas do 62 ou o célebre Contubernio de Múnic tamén do 62. Nos anos que van do 62 ao 67 consolídarse os Día das Letras, agromaban as sociedades culturais que tanto fixeron polo galego e Galicia, comezaban as campañas de Fala galego e Galego na escola ou foran fundados o PSG e mais a UPG e ata o PCE asumía en certo xeito o galego. O galeguismo cambiara, para ben, e moito. Xa non se pechaba no estreito marco do culturalismo apolítico. O ano 64 Fraga organizara os actos propagandísticos dos Veinte y cinco años de paz. Aprobárase a famosa Lei de Prensa do 66, mais un cento de escritores e xornalistas asinaban un manifesto contra ela antes de se publicar. Foi o 66 tamén o ano da bomba de Palomares. É o ano en que se presenta a Ley Orgánica. O ano 66 é así mesmo o ano tamén da protesta pola construción do encoro de Castrelo de Miño e o ano da marcha a Venezuela de Celso Emilio. Este ano hai folgas en Asturias, Madrid, o País Vasco, Zaragoza, Cataluña… Nos comezos do 67 un documento asinado por cincocentos intelectuais pide liberdades democráticas. En abril do 67 o Goberno declara o estado de excepción na provincia de Biscaia.

Xa que logo, a censura, malia o suposto aperturismo da Ley Fraga, tentaba defender un franquismo que se notaba cada día máis amezado. Neste ambiente é como hai que entender tamén que fose máis ríxida a censura do 67 ca a do 62.

“O edificio”, volvendo ao poema, ten evidentes acertos. O primeiro, o título. Como ben indica o editor Gonzalo Navaza en nota á súa edición de Xerais podemos entender este Edificio como o símbolo do aparato de poder do franquismo. O primeiro acerto do poeta é que no poema irrompen termos e sintagmas propios da linguaxe político-económica da época: convocatoria urxente, defensa postulados, cotización, finanzas, dividendos… Por outra banda, resulta moi atractiva a visión que abre o poema: Enlixouse a cidá de telegramas. Calquera que teña vivido o franquismo sabe o que significaban estes telegramas que chegan a calquera centro oficial para solicitar adhesiones inquebrantables.

A seguir, o poeta fai aparecer, tras este paso pola burocracia política franquista e o seu rexistro lingüístico, a figura mitolóxica, ese monstruo (verso 6), que como un novo Saturno ou deus cruel necesita devorar seres e novas vítimas para estar tranquilo.

Mais o eu lírico cambia de perspectiva e séntese ironicamente solidario cos servidores dese monstro, dos gardas e defensores do edificio: xa témo-lo argumento / para ofercer aos dioses novas víctimas… (versos 7-8). Fixémonos en que nestes versos se combina a parodia da retórica da linguaxe política (xa témo-lo argumento) coa visión mítica dos dioses que necesitan novas víctimas. De novo aparece a retórica represiva franquista en tres versos dispostos tipograficamente en liña escalonada : pena de morte, / cadea perpetura, / pliego de cargos (versos 11-13).

Os versos 14-18 volven combinar a parodia do rexistro da propaganda e mais do xornalismo franquista coa visión: Postos en pé, a unha, os concentrados, / con coitelos nos ollos, procramaron a lei do embudo cego / cun si en re maior afirmativo. Estes son quen levantan o edificio / a cárcere dos soños / o gran pazo do medo, tres símbolos que podemos entender como alusivos ao aparato represor franquista. E todo iso, coa presenza de a Cariátide xorda presidindo (verso 30), que o editor Gonzalo Navaza cre unha alusión ao xeneral Franco. Todo estaba previsto e había xa desculpa para que volvesen actuar as Euménides (verso 38). Calquera que teña unha certa formación clásica sabe que as Euménides ou Erinias son as divindades da antiga Grecia que perseguen a Orestes para vingar a morte da nai, Clitemnestra, e son o símbolo da vinganza. Atenea decide cambiarlles o nome de Erinias por Euménides, porque esquecían a vinganza cando os cidadáns as satisfacían con sacrificios ou pregarias. Igual lle acontece ao monstruo ou á Cariátide xorda.  O monstruo (verso 6), a Cariátide xorda… (verso 30) estará calmada cando haxa un certo tributo de pena de morte / cadea perpetua / pliego de cargos. Como nos antigos mitos, este monstruo/Cariátide precisa cada pouco de novas víctimas (verso) propiciatorias.

Xa que logo, vemos que no poema de Celso Emilio aparecen elementos míticos como dioses, Cariátide xorda, Euménides, o rexistro burocrático-represivo do franquismo (defensa postulados, pena de morte, cadea perpetua, pliego de cargos) a carón de visións de gran forza emotiva e plástica (Enlixouse a cidá de telegramas. Os concentrados / con coitelos nos ollos) e con símbolos polisémicos de ton negativo (o edificio / a cárcere dos soños / o gran pazo do medo. Así mesmo bota man da alegoría, para dicirnos que nese edificio os fustes son de bágoas e tristuras; a ira serve de material para os capiteles e os arcos están sustentados pola estupidez. Toda esta mestura e riqueza de elementos, sen nomealo, suxire o ambiente de opresión da ditadura de Franco e mesmo o propio ditador simbolizado nese monstruo (verso 6) que abriu a boca (verso 6) porque sempre quere novas víctimas (verso 8). Incluso é a Cariátide xorda que coroa “O edificio” do aparato represor. O censor de 1967 non era parvo e entendeu perfectamente o poema. A mestura do cotián, mesmo dos sintagmas que adoito aparecían na prensa franquista da época dos Vinticinco años de paz, co mítico e helénico así como coas devanditas visións e símbolos converten o poema nunha obra de arte.

Esta interpretación que facemos do poeta, consonte coas pautas para ler o poema que ofrece na súa edición Gonzalo Navaza, é a interpretación de alguén que le o poema desde a experiencia do franquismo. Mais o poema, como é un bo poema, é plurisignificatvo. Un lector que non saiba nada do franquismo pode lelo como unha crítica a calquera ditadra ou mesmo a calquera situación de sometemento. Por que non poden ser o monstruo/a Cariátide xorda os poderes económicos e financeiros que se impoñen hoxe aos poderes democráticos de Europa? Por que non poden ser estes monstruo/Cariátide as verdades que ninguén pode discutir do pensamento único e a socidade á que dá lugar? Xa que logo, o poema devén plurisignificativo.

Mais, como fixemos, no comentario do outro día, o poeta que de xeito tan magnífico nos presenta o aparato do franquismo, tiña que convivir con este mesmo aparato. O aparato cultural do franquismo foi proclive a convocar Xogos florais e concursos de poesía, nos que mesmo admitía o galego. O galego estaba permitido, como xa sabemos, para a lírica intimista e mais para o costumismo. Celso Emilio, pois o escritor ten que acadar visibilidade, participou en galego e castelán nestes concursos. Así, o Concello de Vigo, co gallo das festas do Cristo de 1950 convocou unha Fiesta literaria en que se premiaban, en castelán, a mellor poesía, a mellor monografía en prosa sobre o labor dun intelectual español en Portugal ou as monografías en prosa sobre o tema “Vigo, camino de América” e “Figuras y hechos de Vigo”. Había tamén un premio para a mellor poesía en portugués e mais para a mellor monografía en prosa en portugués tamén sobre o labor dun portugués en España. Para o galego só había un premio e era para a mellor poesía en galego. Reparemos en que o galego non tiña cabida na prosa, aínda que tratase de temas locais como “Vigo, camino de América” e “Figuras y hechos de Vigo”. Creo que a actitude amosada por este premio, en que se exclúe o galego da prosa e só se admite na poesía é moi expresivo do lugar que lle reservaba ao galego o aparato cultural franquista, mesmo o que daquela se chamaba o franquismo aperturista.

Celso Emilio participou neste concurso e gañou, en colaboración con Aquilino Iglesia Alvariño, o terceiro premio de poesía en galego. Na acta da concesión dos premios deste concurso de 1950 pode lerse: mil pesetas al poema “Velas de Son Levadas”, original de D. Aquilino Iglesia Alvariño y D. Celso Emilio Ferreiro, de Pontevedra, lema “Al-Alimón”.

O lector pode consultar completo o documento da acta no recente libro de Armando Requeixo Xosé Díaz Jácome, poeta e xornalista. Como xa dixemos, o documento expresa moi ben cal era a sensibilidade do aparato cultural franquista cara ao galego e ao seu lugar. Parabéns para Requeixo que tivo a sensibilidade de nos ofrecer o documento completo no apéndice do seu libro.

O ano 1963 convócanse uns xogos florais en Ourense, mais neles non se admiten textos en galego. Iso provocou o rexeitamento e a protesta de moitos intelectuais e escritores galegos, como se pode ver na correspondencia cruzada entre Ramón Piñeiro e Basilio Losada, editada por Galaxia. O gañador deste certame foi Celso Emilio Ferreiro: Enteireime onte da concesión da Frol Natural nos Xogos de Ourense a C.E. Ferreiro. Non dubido de que a ten ben merecida, especialmente visto os nomes cativos que se levaron os premios de consolación. Gustoume que apesares das apetitosas 10.000 pts. non se presentara ningún dos nomes fortes da poesía castelán, nin aínda os nados ou afincados en Galicia –J.A. Valente, por exemplo- e por esto sinto máis que se presentase ao premio C.E. Ferreiro, despois da aldraxe que supón a eliminación conscente e adrede da poesía galega. Súas razós terá e, dende logo, dous mil pesos son dous mil pesos (páx. 248).

Nas biografías ou análises da poesía de Celso Emilio Ferreiro non adoitan aparecer reflectidas estas actividades mercantís do escritor, o que consideramos que é un grave fallo por un desexo totalmente parvo de converter a análise dos escritores nunha sorte de haxiografía. Un escritor é un profesional que tenta vivir do que escribe. Nunha situación coma a do franquismo precisa participar nas actividades que programaban as autoridades culturais daquel tempo escuro. O escritor necesita así mesmo acadar unha visibilidade a través dos medios de comunicación e iso só se podía conseguir participando nos actos culturais oficiais da época. O propio Basilio Losada, que tanto critica a postura de Celso Emilio, tería que xurar como docente daquela a fidelidade aos Principios del Movimiento. Non se lle reprocha a ningún funcionario este xuramento, pois tiña que tratar de cobrar un soldo. Pois o mesmo lles acontece aos escritores. Para vivir da escrita ou mesmo para aparecer nos medios cómpre tragar, comer lume porque como di o clásico primeiro hai que vivir e despois hai que filosofar.

 

A Cátedra Inditex de Lengua y Cultura Españolas da Universidade de Dhaka (Bangladesh) informa que celebrarán o centenario de Celso Emilio Ferreiro, dedicándolle o 21 de marzo, Día Internacional da Poesía.

…”Estamos interesados en elaborar tres ou catro paneis para o vestíbulo das nosas instalacións con poemas de Celso Emilio en versión orixinal galega e traducións ao castelán e inglés, amais dunha breve biografía e algunhas fotos. De por parte, tamén nos gustaría elaborar unha brevísima escolma para distribuír entre o alumnado”